Los pilares

Desde hace mucho tiempo tengo la fuerte convicción de que la vida de todos nosotros se basa en distintos pilares, estructuras que decidimos formar y como toda buena obra, entre más fuertes, mejor resistiremos a las sacudidas de la vida.

Estos soportes pueden ser cualquier cosa de la cual nosotros nos apoyemos para mantener un estado general saludable emocionalmente por ejemplo: la familia, la mujer (o el hombre) amado, la lectura, el deporte, la religión, los amigos, el trabajo, los hijos, etc. Cada uno tenemos nuestra mezcla y por lo general hay algunos más fuertes que otros, ya sea por nuestra decisión y forma de vida o por la naturaleza del pilar mismo. ¿Quién no ha conocido a una persona agnóstica sin pareja, sin hobbies, de 35 años que basa su vida y estabilidad emocional en el trabajo? Para ellos su pilar más fuerte es el trabajo y normalmente ponen ahí todo su empeño, pero, a veces cuando el pilar –trabajo- se ve afectado, todo su entorno se tambalea y reaccionan exageradamente ante un problema que alguien de afuera vería ridículo.

Siempre he tenido la idea de que entre más fuertes pilares se tenga más estable y sano se puede ser, pero, ¿todos los pilares son confiables? Es decir, es probable que haya algunos más seguros que otros, por ejemplo, si se tiene mucha fe y una educación seria en una religión seria, considero que uno de los pilares más seguros es Dios. No falla, repito, si se tiene fe y eso es algo que depende única y exclusivamente del individuo y no de un factor externo. Pero a veces hay estructuras que no dependen tanto de uno, por ejemplo otras personas, los amigos, la pareja, la familia etc. Se combinan muchos factores que al final pueden dar un resultado muy distante del que esperamos, claro, cada quien escoge a sus amigos y a la pareja (a la familia no) y en cierta medida la confianza que les tengamos se convierten en un acto de fe, pero ¿quién nos asegura que nuestros amigos son en verdad leales? ¿Quién nos asegura que la pareja es fiel? O peor aún, se podrían mezclar ambos problemas y resultar que el ser amado y los amigos traicionan a quien los tiene como pilares. ¿Sería buena idea confiar el mayor peso de la vida a un pilar conformado por personas?
Parece que hay algunas opciones:
1º No dar el mayor peso a pilares fuera de nuestro control total, es decir, no personas.
2º Distribuir el peso en muchos pilares personas, tener muchos amigos, novios/as en lista de espera por si falla el actual, es decir, puertas abiertas por si falla uno. - Suena maquiavélico ¿no?-
3º Amar. Creo que el amor real es un acto de fe total, es creer ciegamente, es poner todas las canicas en un costal y confiar que el pilar no fallará y esta fe ciega a su vez lo hará más fuerte generando así un círculo virtuoso. Recordando además que en este exclusivo caso la construcción propia a su vez es un pilar que sostiene la casa de su pilar. Una estructura cruzada en la que si ambos le dan la misma importancia o toman esta misma decisión puede hacerse encima un hogar estupendo y a prueba de todo. Caso contrario si una de las partes decide dejar flojo su pilar y dar mas peso a otro que no está interconectado (opciones 1 y 2)

Que riesgosa y debatible suena esta última opción, sin embargo, me inclino por ella.

Cuando somos jóvenes nos enamoramos ciegamente y estamos dispuestos a todo, damos todo el peso al pilar del ser amado, sin embargo, también es común que falle y todo se derrumba. Volvemos a construir pero ahora sobre otros pilares que creemos no fallarán o nos dan una seguridad relativa, el problema es que a la larga, cuando encontramos a la persona indicada decidimos amar a medias, no dar la fuerza suficiente a ese pilar y generar otros “por si las dudas”, creamos puertas traseras, casas chicas, mensajes, ligeros coqueteos y llamadas nocturnas que no llegarán a ningún lado a menos de que el “pilarcito” falle, etc. Esto entonces va afectando poco a poco y se construye en una base inclinada y lista para colapsarse.

El miedo a amar plenamente y la falta de capacidad de renuncia son, considero, las dos grandes enfermedades del amor en nuestros días.

Si el plan de vida es una vida conyugal creo firmemente que el ser amado es digno de confianza absoluta como soporte(si no se piensa así de la pareja, mas valdría buscar a otra persona que sí lo sea). Sí es posible, inclusive es importante dar gran fuerza y peso a ese pilar y no distribuirla en otras 100 opciones. Es arriesgado pero vale la pena arriesgar. No se logra la felicidad con una casa inclinada. No se construye una casa pensando dónde se vivirá si se cae. Se construye para que no se caiga. Esos son los pilares, lo demás es sólo un lujo.

Comentarios

  1. Verdades como un templo.

    Con esa confianza, esa fe y ese pilar, sé que tendrán una feliz vida conyugal. Qué orgullo. Qué envidia.

    Allways measure a person by the people who love him.

    ResponderEliminar
  2. Mi humilde opinión es que lo bueno sería entregarse a el mayor número de aspectos con la misma pasión.

    Se trata de disfrutar los pilares, que luego se caen, bueno pues habrá que volver a construirlos o sustituirlos o simplemente vivir con un pilar nuevo.

    Pero porque no buscar cierta pasión por el trabajo (por ejemplo) e intentar hacerlo bien y disfrutar con ello. Y lo mismo con los amigos y con todo lo que se emprende en la vida.

    Es cuestión de que no podemos controlar todo, pero si podemos intentar no tener muchas cosas que reprocharnos.

    La clave, es la ilusión.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares