La fuerza oscura

¿Lo has sentido?
¿LO HAS SENTIDO?

Sí, ese hormigueo en la nuca, cuando oyes una canción de rock pesado que te gusta, que te sabes, que necesitas cantar.

Sí, esa piel de gallina cuando vences a tu oponente en el deporte para el que eres mejor, ese poder, ese saber que está en tus manos, que lo vas a derrotar, que lo vas a pisar, lo puedes destruir.

Sí, ese vacío que genera fortaleza y te motiva a hacer todo bien cuando ves una obra de arte que no sabes porqué pero admiras al autor aunque no lo hayas conocido y tal vez haya sido un artista depresivo que se suicidó.

Sí, ¿lo has sentido?

Cuando escuchas una canción de tu país y estás fuera y cada gota de sangre de tu cuerpo genera fuerza y te sientes orgulloso.

Eso que sientes cuando tu equipo favorito, tu jugador favorito anota en la final mundial, para ser los mejores y te sientes invencible.

Esa pequeña esquizofrenia que te da cuando sabes que la persona que te gusta te corresponde y tienes una oportunidad.

Y el hormigueo en la nuca otra vez cuando ves a la gimnasta de 14 años saltar como un animal todopoderoso entre las barras y caer perfectamente, ¿y si fuera tu hija? eso que te hace gritar y apretar el abdomen y creer que tú también podrías hacerlo.

¿Lo has sentido? Esa parte animal que se libera con un poco de alcohol, ese... ¿frenesí?

¿Lo sentirá el soldado cuando está en una trinchera y sus compañeros van avanzando, destruyendo, ganando, matando? Es su turno, lo va a hacer lo mejor posible. Todo un campeón. Pero regresa a casa y... ya no hay ningún sentimiento como ese, se hizo adicto.
¿Nos hacemos adictos? Y entonces las drogas lo pueden hacer. Cada vez más fuerte.

¿Lo sentirá la estrella de rock cuando tiene a 120,000 almas cantándole a él y rindiéndole tributo? Pero llega a casa y... no hay nadie. ¿El sexo con su fan? ¿con la artista del momento? 1, 2, 3, 5, 10 veces, ¿y luego? Ya no está de moda y es adicto a eso.

¿Lo has sentido? ¿lo has hecho consciente al menos? ¿Lo puedes manejar? ¿Lo podrías manejar si lo tuvieras todo? Al final parece ser que eso es lo que mantiene al hombre avanzando, siendo mejor cada vez. Pero, ¿lo tenemos bajo control?

¿Lo has sentido? Esa hermosa bipolaridad antigüa y eterna, de poder y destrucción, de querer hacer las cosas mejor y mejor y mejor, pero, ¿hasta dónde? ¿a qué costo?

Esa fuerza oscura que está en nosotros, en todos. ¿La manejamos? o ¿nos maneja?

¿Lo has sentido? Yo sí.

Comentarios

  1. Yo si, cada vez que dí la opinión que puso a pensar a los presentes, cada vez ke me propuse una meta y la logré, cada vez que le parti la madre con palabras y hechos a algún wey mamón ke me kería chingar, cada vez que defendí mi postura ante algúien, cada vez que exigí lo que me correspondía, cada vez que escale una roca mas alta, cada vez que el wey con el ke salía se clavaba con mis besos, cada vez que hice una maldad y cada vez que me reí porque salió perfecta... esa explosión en tu pecho se reproduce cada vez que te sientes un chingón ante las circunstancias de la vida

    ResponderEliminar
  2. Mi estimado Pancho, este post está sencillamente de putamadre! Ovación de pie.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares