Decidir

Las decisiones importantes casi siempre son difíciles porque implican compromiso, cambios de vida, influencia en otras vidas, riesgos o daños colaterales.
Me considero un hombre de fe y le pido a Dios para que me ilumine cuando tenga que tomar una decisión importante.
A veces es difícil evaluar el peso en cada lado de la balanza.
Buscas algo toda tu vida, lo sueñas, lo añoras pero no tienes que tomar la decisión hasta que se hace realidad. El hecho de tener que tomar la decisión ya lo hace menos perfecto de lo que te imaginabas, nunca tienes que renunciar a algo por imaginar o desear otra cosa. La realidad no es así.
Y de nuevo a la fé. Todo es más fácil si tienes la capacidad de decir y creer eso de "que se haga Tu voluntad y no la mía". Debo decir que hasta ahora Su voluntad no me ha fallado, no se ha equivocado, será porque siempre cualquier opción lleva a un buen camino? ¿Será porque cuando al final sólo tienes 2 opciones ya pasaste por un proceso de eliminación de otras miles de opciones que hace que esas 2 últimas sean las mejores? Y entonces no te puedes equivocar.
Sí. Yo soy el arquitecto de mi propio destino, y sí también, la vida es un carnaval.

Disculpen mis 5 lectores. Pero este escrito fue más bien para mí.

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